ORACIONES


Gracias Señor Grande de Ameca,
es maravilloso Señor Grande de Ameca
tener los brazos abiertos,
cuando hay tantos mutilados.
Que mis ojos vean... cuando hay tantos sin luz.
Que mis manos trabajen... cuando hay tantos que mendigan.
Que tenga buena salud... cuando hay tanta enfermedad.
Que tenga unos seres queridos... cuando hay tantos solitarios.
Que mis oídos escuchen, cuando tantos viven en silencio.

Es maravilloso Señor Grande de Ameca,
que mi voz cante... cuando hay tantos que enmudecen.

Es maravilloso Señor Grande de Ameca,
tener abrigo, techo y sustento... cuando hay tantos en la calle, que todo lo han perdido.
Poder volver a casa... cuando hay tantos que no tienen donde ir.
Es maravilloso amar, vivir, sonreír y soñar, cuando hay tantos que lloran, odian y se revuelven en pesadillas.
Es maravilloso tener un Dios en quien creer... cuando hay tantos que no tienen consuelo, ni tienen fe.

Es maravilloso Señor Grande de Ameca,
sobre todo, tener tan poco que pedir y tanto que agradecer.



Por la mañana amado Señor Grande de Ameca, 
escucharás susurrar mi voz de amor
Cuando despunte el alba mi Dios, estará abierto mi corazón
Listo para dejarte ver en él todo sin nada que esconder
Para que quites lo que no ha de ser acorde al bien proceder
Y me sumerjas en tu mar de Paz para en éste día poder avanzar.
Amen.


TE DOY GRACIAS SEÑOR GRANDE
Y ALABO TU GRAN PODER,
POR HABER PERMITIDO A
MI CUERPO Y ESPÍRITU
LLEGAR AL ATARDECER.

ASÍ MISMO TE PIDO 
ME DEJES ANOCHECER
EN NOMBRE DE LOS TRES PODERES
JESÚS, MARÍA, Y JOSE.

AMEN.



Señor Grande de Ameca, dígnate dirigir, santificar, guiar y gobernar en este día nuestros corazones y nuestros cuerpos, nuestros sentidos, palabras y acciones según tu Ley y por el camino de tus mandamientos, para que aquí y en la eternidad merezcamos, por tu favor, ser salvados y libres. ¡Oh, Salvador del mundo!, que vives y reinas por los siglos de los siglos. 
Amén.



"Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo,
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras,
en unión con El,
por la redención del mundo.

Señor Grande de Ameca,
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.

Amén.





Muy temprano desde mi ventana
saludo a mi Señor Grande de Ameca
El me ha enseñado
que cada amanecer es distinto
como cada día de nuestra vida .

Nadie me ha hecho mejor regalo
solo Tu has pensado,
enseñarme cada día
lo rico que soy, al contemplar
la llegada de un nuevo día
junto a ti, Dios de mis amaneces.

Hoy te pido me des la gracia
de siempre recordar
que el amanecer de ayer,
ya no es mío
el de hoy voy a vivirlo
porque el de mañana
no se como será.

Al comenzar el día
pienso en ti, Señor Grande de Ameca
que tu luz sea para todos
motivo de amor y paz.
para seguir deseando
cada día contemplar
al Dios de mis amaneceres.

amen.


Señor Grande de Ameca, bendice la tierra que se despierta;
bendice a la ciudad de Ameca y a los suburbios;
a los ricos,
para que piensen en los otros...
a los pobres,
para que se amen y se esfuercen por superarse.
Aparta las discordias en los hogares,
que reine tu paz entre los hermanos.
Has que todos nos sintamos felices
con este nuevo día que nos otorgas
y que te seamos fieles en nuestro corazón.
Te pido por aquellos que hoy no se acordarán de Ti,
te amo
por todos los que no te aman todavía;
te doy mi vida,
para que la vida de ellos sea mejor
y menos dura.
Te pido por los niños,
para que lleguen a descubrir, que eres su Padre;
te pido por los enfermos,
para que sepan elevar el sentido del dolor;
por todos los que sufren,
para que sepan encontrar el sentido de su sufrimiento.
Porque es verdad, Señor, que si es triste sufrir,
no lo es menos no saber por qué se sufre.
Y basta de pedirte.
Antes de despedirme, quiero decirte
que estoy dispuesto a escuchar tu voz;
esa voz que me manda que ame a mis hermanos.
"Habla, Señor, que tu siervo escucha
Amén.





Señor Grande de Ameca, recibe toda mi libertad, 
mi memoria, mi entendimiento toda mi voluntad; 
todo mi haber y mi poseer. 
tu me lo diste; a ti, Señor, lo torno; 
todo es tuyo, dispón todo a tu voluntad. 
dame tu amor y gracia, que esto me basta.
Amen.



Amado Señor Grande de Ameca
Me cuesta comenzar este día porque sé
que es una nueva tarea, un nuevo compromiso,
un nuevo esfuerzo. Porque te amo, quiero
comenzar este día con entusiasmo, con alegría,
en mi propia persona.

Gracias, Señor Grande, por este nuevo empezar.
Gracias, Señor Grande Buenos , por tu presencia,
tu amor y compañía en este caminar
de mi existencia.
Quiero sembrar paz, solidaridad y amor
entre mis hermanos.

Que cuantos se me allegan, ninguno deje
de escucharme algo que pueda serle útil.
Que ninguno note debilitada su fe en sí mismo.
Que ninguno se retire sin alivio en sus dolores
y dificultades. Déjame sentir tu honda paz,
presente en cada experiencia en la armonía
de vivir.

Guárdame de palabras ociosas y vanas fantasías.
Calma la carrera de mi mente para que mis
pensamientos tengan claridad y la
luz de tu Santo Espíritu me ilumine en cada
instante de este día.
Bien sé Señor que esta tarea la comienzan
cada día muchos hermanos de
cualquier punto de la tierra y eso me alienta y empuja.
También te pido por ellos y con ellos te digo:

BUENOS DÍAS SEÑOR GRANDE DE AMECA.





Buenos Dias Señor

Padre mío, ahora que las voces empiezan
y los clamores se encienden, aquí al pie de la cama
mi alma se eleva hasta Tí, para decirte:
Creo en Tí, espero en Tí, te amo con todas
mis fuerzas, Gloria a Tí Señor.

Deposito en tus manos, la fatiga y la lucha,
las alegrías y desencantos de este día
que comienza.

Si los nervios me traicionan, si los impulsos
egoístas me dominan, si doy entrada al rencor
o a la tristeza, ¡Perdón, Señor!. Ten piedad de mí.

Si soy infiel, si pronuncio palabras vanas,
si me dejo llevar por la impaciencia.
Si soy espina para alguien ¡Perdón, Señor!.
No quiero este dia entregarme al trajin del dia, sin sentir
sobre mi alma la seguridad de tu misericordia,
tu dulce misericordia, enteramente gratuita, Señor.

Te doy gracias, Padre mío, porque seas la sombra
fresca que me cobije durante todo este día.
Te doy gracias porque, invisible, cariñoso, envolvente,
y pido que cuides a lo largo de estas horas.

Señor, a mi alderredor ya todo ruido y alarmas.
Envía el angel de la paz a esta casa. Relaja mis nervios
sosiega mi espíritu, suelta mis tensiones ,
inunda mi ser de silencio y serenidad.

Vela sobre mí, Padre querido, mientras me entrego
confiado en ti, como un niño que esta
feliz entre tus brazos.

En tu nombre Señor, estaré tranquilo.

Amen.

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