jueves, 17 de enero de 2013

MAS HISTORIA


Ameca es el nombre del valle, del río y del pueblo. Su denominación autóctona proviene de la palabra náhuatl Amecatl, que tiene las siguientes acepciones: «cordón de agua», «mecate de agua», «lugar arriba del agua» y «lugar donde el viento sopla».

Los antiguos pobladores de Ameca fueron los totonacas o totomacs (también llamados rudos), que fueron sometidos tiempo después por lo nahuas que iban en la peregrinación salida de Aztlán en busca de la tierra prometida por su dios guerrero Huitzilopochtli, pero decidieron asentarse en la región al ver su fertilidad y riqueza. A esta población indígena tiempo después se le sumó la presencia de otra etnia más: la de los aguerridos caxcanes.

El primer conquistador español que arribó a este lugar fue Juan de Añesta, de quien se dice que llegó solo, descalzo y con espada en mano y al que los indígenas recibieron de forma pacífica. Asimismo, el hermano de don Diego de Velásquez, fray Antonio de Cuéllar fue de los primeros evangelizadores que inició la conquista espiritual de toda la zona y que un año más tarde fue herido mortalmente por los indios de Ayahualulco. (Ahualulco de Mercado)

Santiago Apóstol es el santo patrono del pueblo. En algún momento de la historia de Ameca dicha palabra formó parte del nombre del pueblo: Santiago de Ameca. La parroquia que se encuentra en el centro fue dedicada a él y su construcción se inició en 1723 y terminó en 1770.

La fiesta principal no se celebra en su honor, sino que se dedica con fervor religioso al Señor Grande entre los meses de abril y mayo con nueve días de duración, en los que se festeja con alegría la ascensión del hijo de dios. El Señor Grande es un cristo que data de 1583 elaborado en los talleres de Michoacán con pasta de caña de maíz. Fue bautizado así, por ser más grande que los otros cristos que se encuentran en poblados cercanos a Ameca, como el de Tuxpan o el de Etzatlán.

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